Por Jorge Nitales Este lunes el régimen cubano ha emitido un comunicado oficial agradeciendo al presidente Donald Trump por lo que calificar...
Por Jorge Nitales
Este lunes el régimen cubano ha emitido un comunicado oficial agradeciendo al presidente Donald Trump por lo que calificaron como su “involuntario pero efectivo apoyo” al desmantelamiento de Radio y TV Martí. Según el régimen, la decisión de cerrar “esta plataforma propagandística estadounidense es un acto de solidaridad histórica que fortalece los lazos entre ambos pueblos”.
El ocaso de "La TV que no se ve"
Radio y TV Martí, conocidas en Cuba como "La TV que no se ve", fueron durante décadas el intento estadounidense de llevar información “libre” a la isla. Sin embargo, entre el bloqueo técnico del gobierno cubano y la falta de interés del público, estas transmisiones se convirtieron en un costoso ejercicio de futilidad. Según informes, menos del 2% de los cubanos sintonizaban Radio Martí, mientras que TV Martí alcanzaba niveles aún más bajos, siendo más conocida por su apodo irónico que por su programación.
Trump: ¿Un aliado inesperado?
Aunque Trump "endureció" las sanciones contra Cuba (algo que puso muy cachonda a Raúl Castro, según fuentes cercanas a él) y prometió asfixiar al régimen castrista, su administración redujo el presupuesto de Radio y TV Martí, argumentando ineficiencia y falta de impacto. Irónicamente, esta medida fue celebrada en La Habana como una victoria simbólica. “Es un alivio no tener que seguir gastando recursos en bloquear algo que nadie veía”, comentó un funcionario cubano anónimo.
¿El fin del imperialismo aéreo?
El cierre también marca el retiro del famoso avión Gulfstream que transmitía las señales desde los cielos de Florida. Este aparato, apodado “El Fantasma del Caribe”, será recordado como una reliquia absurda de la Guerra Fría. Mientras tanto, en Cuba, algunos ciudadanos bromean sobre organizar una fiesta de los CDR para despedir a este “enemigo invisible”, incluso el mismísimo Gerardo Hernández Nordelo aseguró que, "con el dinero que nos vamos a ahorrar, podremos comprar suficiente leche para todos los niños cubanos".
Una victoria compartida
Así, en una extraña convergencia de intereses, tanto Washington como La Habana parecen estar satisfechos con el fin de Radio y TV Martí. Quizás este sea el primer paso hacia una nueva era: una donde ambos gobiernos puedan finalmente coincidir en algo... aunque sea en su mutua indiferencia por un canal de televisión.
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